Envuelta con el manto de las hojas
acaricia
la redondez de la vida en movimiento,
a cada paso
comprometida.
En cada encrucijada
mujeres y hombres
debatiéndose
en el miedo
de lo que en realidad importa.
Allí,
energético y latente punto
ella
danza lo ancestral,
dibuja con el centro
de su ser
la naturaleza misma
que fluye, crece, se renueva
a cada instante.
Reconozco en sus sueños
parte de los míos
tan infinita
como su pensamiento,
parpadea para que no durmamos
un día más
sin pensar para qué hemos venido
si aún queremos salvar algo.
Me llama.
La acompaño gustosa
y una puerta entonces
se me abre.
Envuelta con el manto de las hojas
levanta una suave brisa y nos conecta
como ahora
¿La habéis sentido?
ÁTOMOS
Hace 2 minutos